Cuando el sol se esconde en cada hogar existe todo un ritual para hacer dormir a cada pequeñ@.
No es extraño que una vez que ya se encuentran acostad@s con sus pijamas, despues de haber cenado y cepillados sus dientes, tal vez ya les hayas leído su libro favorito e incluso hayas besado su frente para darle las buenas noches, pero una una vez que te dispones a disfrutar un momento para ti escuchas desde su pieza ¡Mama! ¡Papá!. Entonces una vez que vuelves a su pieza te dice que no quiere dormir, y mientras piensas en como hacer que duerma, tu pequeñ@ solo piensa en seguir jugando.
Aquí es cuando tienes que encontrar la forma de que tu pequeñ@ entienda que es la hora de dormir y que no solo sirve para recargar energías, sino también para cuidar su salud. Pero, ¿por qué es tan importante la rutina de descanso en los niños?
Uno de los aspectos más importantes tiene relación con que los estados de sueño pueden ser considerados como procesos activos que apoyan la reorganización de los circuitos cerebrales. Esto vuelve al sueño especialmente importante para los niños, porque sus mecanismos cerebrales aún se están desarrollando y reorganizando.
Y es que cuando vemos dormir a un niñ@ o un bebé, solemos pensar que solo está descansando relajadamente. Pero la realidad, sin embargo, es que su cerebro está en continua e intensa actividad. Las conexiones neuronales que suceden cuando dormimos ayudan a consolidar aprendizajes y también funciones cognitivas superiores, como memoria, atención, concentración, flexibilidad mental, solución de problemas y creatividad, entre otras. Incluso tiene un impacto en nuestra salud mental.
Salud mental y la hora de acostarse
Un estudio reciente de la universidad Universidad de Warwick, en Australia ha consignado que la depresión, la ansiedad, el comportamiento impulsivo y el bajo rendimiento cognitivo en los niños, se ven afectados por la cantidad de horas que duermen. De tal modo que a menor cantidad de sueño, mayor es la posibilidad de que desarrollen alguna de estas patologías.
Sus investigaciones arrojaron que la cantidad ideal de horas de sueño en niños de 6 a 12 años superaría las ocho horas. Sin embargo, en la práctica, muchos niños y adolescentes padecen trastornos del sueño debido al aumento de la demanda del tiempo de colegio, el incremento en el uso de las pantallas y las actividades de ocio.
Salud física y la hora de acostarse
Además de la conexión con la salud mental, los investigadores de la misma universidad australiana también han demostrado en otro estudio el vínculo entre una hora tardía para acostarse y el aumento de peso. Los resultados, que se han publicado en la revista Acta Pediátrica, indicaron que los niños que participaron en su investigación (1.250 niños de entre los cinco y los ocho años de edad) que se acostaban alrededor de las 20:00 hrs de la tarde tenían entre 1,5 y 2,5 kg menos que los que lo hacían después de las nueve y media.
También añade la autora del estudio que los investigadores a menudo se habían centrado en la duración del sueño como factor de riesgo, pero mostró que otras dimensiones, como el tiempo, eran importantes: "Centrarse excesivamente en la duración del sueño como la única medida de un sueño saludable no sería suficiente para lograr mejores resultados de salud en los niños".
Por ello, los autores del estudio recomiendan a las madres, padres y otros cuidadores que promuevan un hábito de sueño regular y saludable para que el peso de los niños sea adecuado y pueda evitar los riesgos de salud asociados a la obsidad infantil, como son las enfermedades cardiovasculares.
Resulta fundamental que los padres conozcan la importancia de su papel en el horario de sueño de sus pequeños y que de esta manera los niños puedan acceder a los beneficios de salud mental y física que acompañan a una hora prudente de acostarse y a una serie de horas de sueño saludables.