¿Sabías que una de las alergías infantiles más comunes es la alergia a la proteína de la leche de vaca?
Es verdad que son muchas las preocupaciones de padres y madres cuando acaban de tener un bebé. Pero, sin duda, la más importante es su salud y en esta entran, por supuesto, las alergías. Así que, no está de más conocer que la alergia a la leche de vaca constituye el tipo de alergia más común en niños y niñas menores de un año de vida.
Según estudios recientes, en la actualidad 5 de cada 100 niños de un año presenta algún tipo de alergia alimentaria y la alergia a la proteína de la leche es la principal causa de estas estadísticas en nuestro país.
Además, esta alergia no es la única que preocupa a los especialistas, los cuáles señalan que en los últimos años están viendo un aumento significativo de las enfermedades alérgicas en niños. ¿Cuáles serían los motivos? algunos especialistas sostienen que, existen múltiples factores, destacando los asociados a la industrialización y al desarrollo, los cuales tienen efectos muy importantes sobre la microbiota intestinal.
Y es que, esta última es, de acuerdo a sus palabras, un elemento clave para el adecuado funcionamiento del sistema inmunitario: el responsable de la aparición de alergias.
Además, también habla de la reducción de hijos en las familias, del consumo de antibióticos o del aumento de los partos por cesárea, como posibles responsables de la alteración de esta microbiota y, por tanto, de la protección frente a alergias.
¿Qué es exactamente la alergia a la proteína de leche de vaca?
Uno de los principales errores de concepto que cometemos es el de confundir este tipo de alergia con la intolerancia a la lactosa (otro problema bastante común).
Mientras que el primero es un problema desencadenado de la falta de producción de lactasa del cuerpo (la enzima que digiere la lactosa), esta podría considerarse resultado de una respuesta inapropiada del sistema inmunitario frente a las proteínas de la leche de vaca.
¿En qué se traduce esto? En una enfermedad que afecta a la piel, al sistema respiratorio y al correcto funcionamiento del intestino. Es una enfermedad que puede llegar a poner en riesgo vital a los pacientes, sobre todo, debido a exposiciones inadvertidas a la leche, que a veces se encuentra oculta en muchos alimentos.
Eso sí, no solo hay un tipo de alergia a la leche, existen varios. De aquí podemos concluir que no siempre el diagnóstico está claro. Mientras que algunos de los tipos más frecuentes se pueden diagnosticar rápidamente, otros pueden tardar en manifestarse horas después de la ingesta de este alimento y con síntomas parecidos a otras afecciones intestinales, por lo que el diagnóstico puede tardar algo más.
La influencia en la salud psíquica del niño
Tener alergia a la leche de vaca es un problema, tanto a nivel físico, como a nivel psicológico. Los desencadenantes físicos los hemos comentado pero, ¿qué pasa con la salud mental del menor?
También puede verse afectada: el niño puede sufrir aislamiento social, esto debido al intenso cuidado que se requiere para vigilar lo que niños y niñas comen. Lo que puede afectar el tipo de actividades en que se involucren los niños y niñas. Por ejemplo; elegir no llevarle a campamentos, a excursiones, a cumpleaños o no dejarle salir a dormir a casa de un amigo para evitar correr riesgos. Además, el retraso del diagnóstico puede prolongar la angustia de l@s pequeñit@s al observar que los síntomas no mejoran y que las molestias persisten.
Otra dificultad en el plano psicológico puede ser el miedo: dado que es una enfermedad que puede poner en peligro la vida de los pacientes, debido a exposiciones incontroladas a la proteína, oculta en ocasiones en algunos alimentos.