Ante la contingencia, en Farándula Kids queremos compartir con ustedes, y en especial con aquellas mamás que están en medio de su proceso de lactancia o ad portas del mismo, algunas consideraciones frente al riesgo de contagio.
En primer lugar, la OMS y Unicef recomiendan continuar dando el pecho siempre que la madre se encuentre en buen estado de salud.
Si estás en amamantando o tienes niños muy pequeños el miedo parece mayor. Es una situación anómala que interfiere en la rutina familiar. El cambio radical que atravesamos en nuestro día a día hace que nos preguntemos si los métodos tradicionales y avalados por la ciencia siguen siendo eficaces y si debemos mantenerlos o cambiarlos.
La lactancia sigue siendo lo mejor para tu bebé
Según un informe que ha elaborado Unicef en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la lactancia materna, salvo casos concretos, es el mejor alimento que puede consumir un niño de hasta seis meses.
Es importante tener en cuenta que la rápida propagación del coronavirus hace que las conclusiones médicas sean prudentes y medidas. La forma de transmisión de este virus es oral, por lo que la leche materna no tendría relevancia en el contagio respiratorio. Si la madre no tiene síntomas, no ha estado en contacto con personas infectadas y se encuentra en buen estado de salud, no debería dejar de dar el pecho ni de utilizar más cuidados higiénicos de los que tiene habitualmente. Lavarse las manos antes de amamantar, no toser ni estornudar cerca del bebé deberían bastar. En época de aislamiento obligatorio, como el que atravesamos, con esta precaución debería bastar.
Si la madre tiene síntomas de la enfermedad, pero se encuentra en su domicilio y su estado de salud le permite continuar con la lactancia, puede seguir haciéndolo siempre que utilice mascarilla, desinfecte las zonas comunes que puedan estar contaminadas y se lave las manos antes y después de amamantar. Dar el pecho es más que alimentar a tu bebé, es una manera de darle afecto, contención y seguridad pero también es un sacrificio para la mujer que puede ver agotadas sus fuerzas. Como sabes, la lactancia materna es una valoración personal que solo tu y tu médico de confianza deberían analizar en situaciones extremas. Atravesamos un momento atípico que, probablemente esté alterando tus planes sobre la maternidad y la crianza. Ser flexible ante estas situaciones ayuda a transitarlas con menos miedo y cansancio.
Unicef y la OMS sostienen que si una mujer se encuentra muy enferma de COVID-19, lo mejor que puede hacer es extraerse la leche y que el bebé la tome en biberón, taza o a cucharadas. Las medidas higiénicas deberán extremarse y si la mujer se encuentra en aislamiento, no debería tener más contacto con el bebé que este.
Interrumpir la lactancia materna podría ser una opción, si es que la mujer no tiene la fuerzas suficientes como para continuar o si los profesionales que la tratan consideran que es una situación de riesgo para el bebé. Cabe recordar que los niños sí son susceptibles de contagio, como sabes, es un virus que en los niños puede pasar como asintomático o con síntomas muy leves. No obstante, en personas que sufren de asma, cardiopatías o diabetes los síntomas se agudizan al igual que ocurre con la edad. El estado de salud la madre es primordial para garantizar los cuidados del bebé, por lo que resulta fundamental que consultes todas tus dudas y particularidades con el profesional con el que te atiendes.